Aire.

 Respirar y conectar, cerrar los ojos, sentir el viento acariciar nuestra cara, olerlo... el aroma fresco de la tierra húmeda y las flores de primavera. Las aves que cantan alegremente como melodías de ángeles. 

Sentir que nuestros pies se enraizan a la Tierra, y que nuestra cabeza se abre hacia el mundo celestial. Innundadas en esta sensación de pertenecer a la Tierra, al Cosmos, nos damos cuenta que no somos mas que un arbol, no somos mas que una maleza silvestre, somos iguales, pertenecemos los unos a los otros. 

Bailar con la danza del viento, que arremolina tu pelo y te acaricia la cara. 

Cierra los ojos, dejate despeinar, huele el viento, sientelo en todo tu cuerpo, en tu alma. 

Reconforta tu espíritu.

- Lola Monti -